Romper cobija

Romper cobija


Prólogo:


Hoy me alisto a cumplir una cita de negocios con mi ex

en la cocina.



1. Compromisos


Romper cobija

probar la memoria

disipar las sombras

barrer las telarañas

no renunciar a los aromas

evitar el conflicto

creer en la intuición

desinstalar a la hablantinosa

si es necesario mentir

reprimir el paladar

cero quejas

siempre agradecer

superar el cansancio.


¿Qué hacer con los apegos?




2. Noche lluviosa


Cara a cara y un metro de por medio

él y yo

la pimienta me despertaba el león dormido

“¿Artista usted? ¡Ni lo sueñe!”

Lo miro

¿desde cuándo cocinas?

parece decirme, sin decirme

el orgullo no se lo permite.

Las mujeres hemos custodiado la tradición culinaria

respondo sin dejar ver ningún gesto

repaso la ubicación del hígado, del bazo y del corazón

siento intacta la espina

me atraviesa

me contiene

me lleva a reaccionar instintivamente.

Quiero cambiar de tema

la noche es lluviosa, propongo.


Silencio.


Ruido interno

me quemo a fuego lento

él abre la ventana

dejo ir las pavesas

vuelvo a empezar: ¿pimienta?


Después de la experiencia

me queda una inquietud.


¿Nos reiremos sin pausa?




3. R


Llegó a la fiesta

sobresalía a todos

por divertido y buen bailarín.

Me hacía la loca

yo seguía con ojos inquietos

los recorridos de chicas y chicos

al baño, al balcón, al patio…

Intuí que había muchos hilos invisibles que lo halaban

y pensé en un cachorro de león

que me atraía con su melena

con sus garras que aún no enseñaban sus uñas.

Nunca pensé en sus fauces

su misterio me atraía, me ponía en riesgo

yo seguía mirando los trazos de cuerpos

que el ritmo del crossover, de la noche, de las luces...


Lo volví a ver paseando el perro

fanático del ciclismo

fornido más no fuerte

televidente, flemático, buena vida…

¡Una sola cosa a la vez por favor!

La felicidad estaba en el descanso, las vacaciones, el ocio

la buena mesa que hace juego con un paladar gourmet

prueba, pica, degusta

y de aquí a que le llegue a los pies, pensé…

no se toma el mundo en serio

aficionado a Batman

se tiró del balcón a los 10 años

cayó sobre un arenero.


¿La inmortalidad es posible?



4. Lucía.


Inquieta, yo me mando

practicando el arte de abrir caminos

me acerqué al tarot de Rider Waite

un regalo que me trajo Q. Lozano desde Argentina

a mí, bueno a Noche Límite

jugándole al yo si puedo

me he entrado en sus secretos

con sus lenguajes simbólicos

gráficos y de colores

recompongo el horizonte.

El 5 de bastos alerta sobre la competencia

analizo mis pasos en el día

pensando en ser honesta

actuar con prudencia y cautela

cero provocación me mentalizo

sabía que el mensaje iba dirigido

a observarme en mi encuentro con R.


El propósito se mantuvo

pero el fracaso fue inminente

no puedo dejar de reconocerlo

el descoloque fue mío.


¿Así soy yo?




5. El apartamento


Tanto para R como para mí

era la primera vez

que teníamos una casa propia

conseguida con nuestro propio esfuerzo.

El día que nos entregaron las llaves

llevamos sleeping y nos dimos el lujo de dormir en el suelo

como estrenando juguete.

El eco era brutal

no habían muebles, ni cortinas

compartíamos juntos la felicidad

la sensación de habitar un espacio vacío

podríamos decir: ¡de aquí no nos saca nadie!

Un espacio donde descansar el cuerpo y el alma

enamorados, con sueños

esa alegría que llenaba lagunas e incógnitas

cuando el proyecto de vida era en pareja.

A estas alturas ha pasado mucha agua debajo del puente

valoro la soledad, el silencio, la disciplina.

La sensación profunda

privada, sutil, cómplice con tu yo esencial

de asumir tu habitación propia

con esfuerzo, con el anhelo de crecer interiormente

venciendo el miedo a apagar la luz

para disfrutar de la oscuridad.


Cerré por última vez mis ojos

para recorrer a ciegas el espacio

despidiendo agradecida su hospitalidad

me despojaba como chicharra del nicho cósmico.


¡Renazco!



6. Llaves


Las tiré hacia arriba y las recibí con la mano derecha.

Aquí están, dije

me contestó: ¡por fin!

Ayer terminaron de pintar

lo mostraremos desde hoy

pero prefiero no hacerlo yo.

¿Un café?


Tras un breve silencio.


No tomo café, responde categórico.

Entonces me sincero

hay muchos sueños sueltos todavía aquí

me resolví a abandonar la cerradura

y también las llaves...

como siempre se extraviaron

y reaparecieron después de la calma.

Tómelas

ya no las necesito

se las entregué sin mirarlas

habían permanecido conmigo una eternidad

ellas supieron vengar el abandono

empezaron a hormiguearme las manos.


¿Diría la verdad?



7. La cita


Largo silencio

para un desayuno ligero

reviso el periódico del día

por supuesto los clasificados

las llaves seguían ahí.

A la llamada de un cliente rompo el silencio

se mueve el negocio afirmo.

Cuánto vamos a pedir?

Me mira fijo esperando respuestas

trescientos ochenta millones.

Pero por qué lo vamos a vender, pregunta?

Se vende! me sale enfático.

No se vende! insiste.

Le compro! agrega.

No le vendo! le digo con cólera

me trago el resto de las palabras

la confusión me indigesta

un gran malestar me sacude

malagana, desconfianza

impotencia, me resquebrajo...


Maldita sea! ¿Cómo juntar este rompecabezas?



8. La otra


R hace el recorrido por el apartamento a la señora, cuando entran a la cocina, se cruzan miradas. La clienta observa el espacio con sumo detalle. Lucía y R no pueden disimular su mala leche.


Señora: Buenas tardes señora.


Contesto con un gesto.


Señora: Hay que invertirle mucho.

Cuánto dijo usted que están pidiendo?


Lucía: Trescientos ochenta, eso vale.


Señora: Los espacios son amplios pero los acabados son anticuados.

Hay que remodelar.

(No recibe respuesta)

¿Sabe usted el precio del dollar en este momento?


Lucía: Buen tiempo para comprar más no de vender.

R: No estamos en promoción pero podemos negociar, cuánto ofrece?


Lucía: Un momento, la decisión está tomada.


Lucía toma sus cosas, el comportamiento de R la desconcierta, recoge las llaves rápidamente y se dispone a salir. Deja una nota.


Lucía: ¿Tengo quién me represente?




9. Soñar despierta


Quiero una noche lluviosa

para desaparecer en la cobija hasta la coronilla.

Con las potencias del ajo, la cebolla, el ají y el jengibre

hechizo mi sangre

me custodio

dije mala leche

estoy de mala leche

déjeme que yo me ahogo sola y le cuelgo.


Rumio en soledad, mi testarudez

como una turba de niños malcomidos

mato y como del muerto

mi secreto temor se cuece lento

lluevo.


¿Reconstruyo mi habitación propia?



10. Meollo


No me hago mala sangre

ya no

para qué?

Lo que no me cabe en la cabeza es su desparpajo

fuimos miel

cómo llegamos a ser agua y aceite?


Pausa


Sonrío, una dosis de humor llega como medicina.

Las cosas como son

cuando yo evito el conflicto, él compra la pelea

y cuando yo exploto, vuela mierda para el zarzo

lo cierto es que no estoy para dramas

voy a ponerle los puntos sobre las íes...

Me decido a cerrar este capítulo

aunque no puedo mentir

me asaltaban las dudas

necesitaba salir de este estado de cosas

sin lucha es casi que imposible

azoto la puerta.


Sabía que él me ganaría de estado físico.


Silencio.


Tomo agua de la llave

se va por mal camino

toso

me atranco

grito: ¡a la mierda!

Y libero.


Acepte la oferta señora

es mejor un mal arreglo que un buen pleito

la miré de arriba a abajo

y fue ahí que tomé la decisión

listo, aquí fue

san se acabó

de solo pensar en lo que representaba

anímica y económicamente

estiré la mano

la derecha

normal, el mundo va de derecha.

Sentí recuperar el dominio de mi

era capaz de construir una dramaturgia del yo

y de situarme como sujeta de enunciación

saqué mi lado feminista

e inmediatamente mi cuerpa se hizo liviana

verificaba las herramientas que emplearía en el arte de concluir

requiere ciencia, si

una acción inédita

climática, como una planicie.

Porque para deshacer el vínculo hay que tener estrategias claras

nada de nervios me dije

el paso decisivo consiste en romper la alianza

y con trazos seguros.


Miro por la ventana hacia el horizonte para tomar impulso.


Con la conciencia de tener los pies bien sembrados sobre la tierra

experimentaba una sensación extraña

era una suerte de sentimientos encontrados

quería llorar pero también reír

no hubo ni lo uno ni lo otro

me metí un pañuelo a la boca

que me hacía de sordina y grite todo lo que pude.

No era en mi imaginación

estaba como aficionandome al grito

sensación de vértigo

de ir derecho al abismo

ser escorpión que se auto ataca

para aspirar a águila.


¿Quién ganó y quién perdió?


Me recompongo para pesar

la dupla en la balanza

sabía que la libertad tiene su costo

a lo hecho pecho Lucía

a vaciarse de pasado

gústele o no, le tocó

para atrás ni el cangrejo

me ayudé con mantras y yoga

respirando y tomando agua

porque el café me descolocaba en una pensadera…

Sin negar que el miedo me daba látigo

pero pude dar vuelta a la página

ahora soy una mujer feliz

con cinco dedos de frente

y con pleno auto gobierno.


¿Una utopía?



Epílogo


Leo La lentitud de Milán Kundera

se me pega una frase como estribillo

La velocidad es inversamente proporcional

a la capacidad de olvido”.

Saltaba y ella revotaba

en la cabeza y en la planta de los pies.


¿Qué rol jugar en la cita con R?


Me quemo los labios

abusando del hielo.


Me instalo en la autoficción

justo en ese día en que partimos cobija.


Antojada de un rumor de mar

que traspasa los Farallones

con la brisa de la tarde en Miraflores

me hago una cita de negocios

con mi ex

en la cocina.


¿Esto es mentira?


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